Análisis
La primera parte de nuestros
artículos fué una entrega de la articulación en América Latina,
de la religión y la política, teniendo en cuenta a unos de los
actores actuales de está cuestión y sin equivocarnos el más
importante: el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa
Francisco.
Esta segunda parte nos
lleva a plantearnos algunas cuestiones que no son dogmas sino que son
saberes compartidos y abiertos a la discusión y a una amplia agenda
de Debates.
No podemos negar el paso que ha dado la Iglesia Católica Apostólica Romana, en elegir en el primado de Sumo Pontífice, a un latinoamericano en primer lugar y no menos importante de ser un jesuita. La trayectoria de Francisco que ya tiene varios biógrafos que han escrito y escriben sobre él no es la cuestión, si el analizar la impronta que Francisco a su Iglesia, sacandola de un largo letargo vertical y ubicandola en el lugar de los que no tienen lugares en un mundo que los ha olvidado: los pobres, los excluidos, los ancianos, los jóvenes y los niños.
Si bien Francisco no viene de la denominada teología de la liberación de fines de los 60 y plenos 70 al estilo de Gustavo Gutierrez o un jesuita de fuste como Jon Sobrino, es sin duda un hombre comprometido con una teología popular y de fuerte raíz latinoamericana, en ella vemos la influencia desde teólogos de primera linea como el jesuita Karl Rahner , hasta pensadores como Romano Guardini y el latinoamericano Methol Ferre.
No es novedad que Francisco, fué y es un hombre que habló claro muchas veces cuando decia a sus sacerdotes de Buenos Aires, siendo Arzobispo de Buenos Aires: “ Quiero Pastores con olor a Ovejas”, traducción quiero sacerdotes que esten en la calle, en las villas, en los barrios más pobres trabajando con los más necesitados. Como también motorizó a un grupo de jóvenes sacerdotes que trabajaron y trabajan en las denominadas Villas de emergencia de Buenos Aires, y en los barrios pobres del Gran Buenos Aires y de varias provincias argentinas donde la pobreza es el Signo y la Señal.
La perspectiva de los documentos de Medellín, Puebla y Aparecida de opción preferencial por los pobres hoy son política de estado de gran parte de Roma, no sin oposiciones y hasta rasgado de vestiduras dentro de la propia Iglesia. Sectores conservadores lo ven como un reformista y muy postconciliarSomo por decir algo light y algunos denominados avanzados lo ven como quietista, en definitiva Ni Tiros Ni Troyanos entienden en esencia y acción la transformación que este Papa está trayendo dentro de una institución que a lo largo de las últimas décadas ha ido perdiendo fieles y espacios a manos no del avance de las iglesias evangélicas o del Islam sino a manos de una gran indiferencia y de una levedad del ser que han transformado al ser humano en un ser descartable al decir del brillante sociólogo polaco Zygmunt Bauman.
Los movimientos sociales latinoamericanos son otra opción que Roma hoy ha tomado como suya, en muchos de ellos se ve el grito de los pobres y excluidos, que no tienen un espacio en una sociedad cada vez más elitista, excluyente e indiferente a la cuestión humana y por ende a la cuestión social.
El mundo del trabajo también está en la Agenda Pontificia, no es nueva la opción de la Iglesia por el mundo del trabajo desde Leon XIII hasta la misma CLAT (Confederación Latinoamericana de Trabajadores) donde se destancan notorios dirigentes sindicales latinoamericanos. El sindicalismo latinoamericano también tiene su espacio dentro de los escenarios que se han dado y hoy se ciernen sobre América Latina.
Nos guste o no somos contemporáneos a tiempos de transformación dentro de América Latina, donde Francisco juega y ha de jugar un rol fundamental tanto para creyentes como para no creyentes.
No podemos negar el paso que ha dado la Iglesia Católica Apostólica Romana, en elegir en el primado de Sumo Pontífice, a un latinoamericano en primer lugar y no menos importante de ser un jesuita. La trayectoria de Francisco que ya tiene varios biógrafos que han escrito y escriben sobre él no es la cuestión, si el analizar la impronta que Francisco a su Iglesia, sacandola de un largo letargo vertical y ubicandola en el lugar de los que no tienen lugares en un mundo que los ha olvidado: los pobres, los excluidos, los ancianos, los jóvenes y los niños.
Si bien Francisco no viene de la denominada teología de la liberación de fines de los 60 y plenos 70 al estilo de Gustavo Gutierrez o un jesuita de fuste como Jon Sobrino, es sin duda un hombre comprometido con una teología popular y de fuerte raíz latinoamericana, en ella vemos la influencia desde teólogos de primera linea como el jesuita Karl Rahner , hasta pensadores como Romano Guardini y el latinoamericano Methol Ferre.
No es novedad que Francisco, fué y es un hombre que habló claro muchas veces cuando decia a sus sacerdotes de Buenos Aires, siendo Arzobispo de Buenos Aires: “ Quiero Pastores con olor a Ovejas”, traducción quiero sacerdotes que esten en la calle, en las villas, en los barrios más pobres trabajando con los más necesitados. Como también motorizó a un grupo de jóvenes sacerdotes que trabajaron y trabajan en las denominadas Villas de emergencia de Buenos Aires, y en los barrios pobres del Gran Buenos Aires y de varias provincias argentinas donde la pobreza es el Signo y la Señal.
La perspectiva de los documentos de Medellín, Puebla y Aparecida de opción preferencial por los pobres hoy son política de estado de gran parte de Roma, no sin oposiciones y hasta rasgado de vestiduras dentro de la propia Iglesia. Sectores conservadores lo ven como un reformista y muy postconciliarSomo por decir algo light y algunos denominados avanzados lo ven como quietista, en definitiva Ni Tiros Ni Troyanos entienden en esencia y acción la transformación que este Papa está trayendo dentro de una institución que a lo largo de las últimas décadas ha ido perdiendo fieles y espacios a manos no del avance de las iglesias evangélicas o del Islam sino a manos de una gran indiferencia y de una levedad del ser que han transformado al ser humano en un ser descartable al decir del brillante sociólogo polaco Zygmunt Bauman.
Los movimientos sociales latinoamericanos son otra opción que Roma hoy ha tomado como suya, en muchos de ellos se ve el grito de los pobres y excluidos, que no tienen un espacio en una sociedad cada vez más elitista, excluyente e indiferente a la cuestión humana y por ende a la cuestión social.
El mundo del trabajo también está en la Agenda Pontificia, no es nueva la opción de la Iglesia por el mundo del trabajo desde Leon XIII hasta la misma CLAT (Confederación Latinoamericana de Trabajadores) donde se destancan notorios dirigentes sindicales latinoamericanos. El sindicalismo latinoamericano también tiene su espacio dentro de los escenarios que se han dado y hoy se ciernen sobre América Latina.
Nos guste o no somos contemporáneos a tiempos de transformación dentro de América Latina, donde Francisco juega y ha de jugar un rol fundamental tanto para creyentes como para no creyentes.
Prof. Mg. Eduardo Luis
Moggia
