Pietro Levaggi
La crisis actual del gobierno italiano es parte de la Crisis recurrentes de gobernabilidad del sistema italiano.
Nada nuevo bajo el sol, donde cambian los diferentes actores políticos y sociales afianzando cada vez más las políticas frentistas para un mayor volumen político que terminan perdiendo en las sucesivas crisis para dar al renacer de nuevos pactos, alianzas y frentes.
La Crisis de los grandes partidos que movían el escenario político se fué licuando hasta fenecer entre las décadas de los ochenta y los noventa y hablamos de por lo menos los cuatro grandes partidos que interactuaban en el sistema: el partido demócrata cristiano y sus sucesivas transformaciones, el partido socialista, el partido comunista y el partido liberal. Sin dejar de tener en cuenta otras fuerzas hacia la derecha y la izquierda.
Estas crisis y finales de representatividad son propias de la crisis de los partidos políticos en general y en particular en los sistema de representación donde existen dos grandes actores: la presidencia y el parlamento. O mejor dicho lo que se ve hoy del sistema parlamentario.
No hay crisis sin soluciones, pero siempre de las crisis fenecen actores políticos y surgen otros nuevos.